Las Constelaciones Familiares son un método de trabajo terapéutico individual en grupo, desarrollada por el Alemán Bert Hellinger, que aborda los problemas humanos desde un enfoque sistémico, es decir, teniendo en cuenta todo el sistema familiar de la persona y toda su red de vínculos. El objetivo de las constelaciones familiares es el atender diferentes situaciones personales, familiares, organizacionales, empresariales e inclusive de salud.
El origen de las constelaciones familiares surge de la experiencia con comunidades zulúes en Sudáfrica y de la formación de Bert, el cual se nutrió de Psicoanálisis, Gestalt, Teoría Sistémica, Terapia Familiar, Teoría de los Grupos, entre otras fuentes. Él mismo es considerado uno de los pensadores, filósofos, pedagogos y terapeutas más influyentes en los siglos XX y XXI. Otros grandes teóricos como Anne Ancelin Schützenberber, Iván Boszormenyi Nayi, Wunthard Weber, Jacob Schneider, Joan Garriga, Raquel Scholosser, Dan Booth Cohen, Cecilio Fernández Regojo, entre otros; han contribuido a ampliar otros elementos sobre las constelaciones en diferentes escenarios.
Nuestra inserción en los grupos, especialmente el familiar, es tan fuerte que nos hace sensibles a todos los sucesos y vivencias del sistema, tanto los actuales como los históricos, especialmente los que no se cerraron en paz y aceptación. Cuando un nuevo miembro llega y se inserta en el sistema familiar (ya sea vía nacimiento, adopción, emparejamiento u otros sucesos vinculantes) se expone a la historia, formas, necesidades y destino del colectivo, entrando inevitablemente a su servicio. Así que sus vivencias personales quedarán coloreadas por la sutilezas de su inserción en el grupo, su historia y los asuntos pendientes que éste tiene por resolver.
A través de esta técnica podemos ver de forma rápida cómo cada uno estructura sus vínculos, cómo estos nos permiten caminar con fuerza hacia la vida o lo impiden, cómo nos sanan o nos enferman, cómo nos crean problemas o los resuelven. Descubrimos cómo nuestros vínculos amorosos con nuestros ancestros, especialmente con nuestros padres, sostienen nuestros vínculos posteriores, en una suerte de geometría precisa de las relaciones humanas.
Las dinámicas e implicación que generan malestar salen a la luz, al restablecer el orden, aparecen soluciones que hacen fluir el amor para el bienestar y alivio de los miembros de una familia.
Este taller nos invita a mirar con valentía nuestras heridas para poder transformarlas en recursos.
A QUIEN VA DIRIGIDO:
- Problemas de pareja
- Conflictos con los padres y/o familiares
- Enfermedades psicosomáticas y otros problemas físicos
- Adopciones
- Conflictos en las relaciones humanas
- Desordenes Mentales
- Duelos
- Divorcios
- Dificultades con los hijos